El presidente de la República, Gustavo Petro, reaccionó el lunes 6 de mayo a los señalamientos hechos por Olmedo López, exdirector de la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd), y del que era su mano derecha en la entidad, Sneyder Pinilla, ex subdirector del riesgo, con relación al escándalo de corrupción en la compra de carrotanques para el suministro de agua en La Guajira, y que involucraría a congresistas y funcionarios del actual Gobierno.
Desde la localidad de Ciudad Bolívar de Bogotá, en donde empezó la rendición de cuentas a nivel regional que llevará a cabo en la presente semana, el primer mandatario señaló que tras las versiones de los dos exfuncionarios se estarían extorsionando a miembros de su gabinete a cambio de no revelar la información que supuestamente tendrían en su poder, en lo que respecta a las coimas que habrían sido entregadas en la adjudicación de este multimillonario contrato.
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“Hay un debate nacional sobre corrupción de dos funcionarios públicos del Gobierno nacional. Los funcionarios las hicieron, nosotros hemos recuperado la mayor parte del dinero público, pero los funcionarios cayeron en la tentación de salvar sus penas acusando y unos abogados muy famosos por su línea delictiva cogieron el tema en sus manos y están extorsionando funcionarios”, advirtió Petro, que lanzó duras pullas contra los defensores de ambos exmiembros de la Ungrd.
¿Para quiénes serían las pullas de Gustavo Petro?
Y es que los destinatarios de los señalamientos del primer mandatario serían los hermanos Moreno: José, que es apoderado de López, y Luis Gustavo, exfiscal anticorrupción que pagó condena por delitos relacionados con corrupción y hoy en día oficia como abogado litigante, en representación de Pinilla. El jefe de Estado habría insinuado en que ambos estarían detrás de estas prácticas con el fin de obtener beneficios ante la justicia para sus clientes.
Del mismo modo, hizo señalamientos contra algunas periodistas y medios de comunicación que, en su concepto, se estarían prestando para este juego. “Bajo la tesis construida periodísticamente por la señora de siempre (Vicky Dávila) de que el presidente compró congresistas para aprobar la reforma. Eso es falso y tiene que ver con una estrategia de golpe”, reaccionó Petro ante los señalamientos de los responsables de la adjudicación del proceso para los 40 carrotanques.
En ese orden de ideas, advirtió sobre su presunto plan para afectar la imagen de su Gobierno. Se atrevió, incluso, a mencionar la muerte del coronel de la Policía Óscar Dávila, que estaría involucrado con las interceptaciones ilegales a Marelbys Meza: exempleada de la hoy directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Laura Sarabia, en un proceso que aún está en curso. E insistió en que se estaría fraguando un golpe para sacarlo del poder.
“Tenemos que estar listos (...) dos corruptos están construyendo, y así como hicieron suicidar a un coronel de la Policía y estaban hasta diciendo que lo habíamos mandado matar nosotros en la prensa...Ahora estamos en algo peor, de lo cual tenemos que conversar. El que la hace la paga, pero no se van a limpiar con mi dignidad porque he luchado mucho para que vengan con ese cuentico, sabiendo que lo que quieren, en primerísimo lugar, frenar las reformas en el Congreso”, agregó.
El pronunciamiento de Petro se conoció luego de que se confirmara la salida de la consejera para las Regiones, Sandra Ortiz, y la ratificación en su cargo del secretario de la Transparencia de la presidencia, Andrés Idárraga, pese a que se había manifestado, en primer término, que saldría del equipo de Gobierno. Una determinación del jefe de Estado que causó controversia, pues ambos han resultado salpicados en las denuncias hechas por López y Pinilla.